jueves, 22 de mayo de 2014

#MÁS ARTÍSTICA

Obra de Picasso




    Figura excepcional como artista y como hombre, Picasso fue protagonista y creador inimitable de las diversas corrientes que revolucionaron las artes plásticas del siglo XX, desde el cubismo hasta la escultura neofigurativa, del grabado o el aguafuerte a la cerámica artesanal o a la escenografía para ballets. Su obra inmensa en número, en variedad y en talento, se extiende a lo largo de más de setenta y cinco años de actividad creadora, que el pintor compaginó sabiamente con el amor, la política, la amistad y un exultante y contagioso goce de la vida.
    Famoso desde la juventud, admirado y solicitado por los célebres y poderosos, fue esencialmente un español sencillo, saludable y generoso, dotado de una formidable capacidad de trabajo, enamorado de los barrios bohemios de París, del sol del Mediterráneo, de los toros, de la gente sencilla y de las mujeres hermosas, afición que cultivó sin desmayo.
    En 1898 realiza su primera muestra individual en Els Quatre Gats de Barcelona. Finalmente, en el otoño del año 1900 hace una visita a París para ver la Exposición Universal. Allí vende tres dibujos al marchante Petrus Mañach, quien le ofrece 150 francos mensuales por toda su obra de un año. Pablo es ya un artista profesional, y decide firmar sólo con el apellido materno. En 1901 coedita en Madrid la efímera revista Arte Joven, y en marzo viaja nuevamente a París, donde conoce a Max Jacob y comienza lo que luego se llamará su «período azul». Al año siguiente expone su primera muestra parisiense en la galería de Berthe Weill, y en 1904 decide trasladarse definitivamente a la capital francesa.
    En 1954, el infatigable anciano se fascina por una misteriosa adolescente de delicado perfil y largos cabellos rubios llamada Sylvette D., que acepta posar para él a cambio de uno de los retratos, a su elección. El trato se cumple y su resultado produce algunas de las obras más conocidas y reproducidas del pintor, como el famoso perfil de Sylvette en la butaca verde.
    Si la fascinación por la etérea Sylvette había sido platónica, no tuvo el mismo cariz su atracción por Jacqueline Roqué, joven de extraodinaria belleza a la que tomó como compañera en 1957, un año antes de pintar el gigantesco mural para la UNESCO. Fértil milagro del arte y de la vida, Picasso seguirá creando, amando, trabajando y viviendo intensamente hasta morir en 1973.


lunes, 19 de mayo de 2014

#MAS ARTÍSTICA


Obra de Pettoruti





    Emilio Pettoruti nace en la ciudad de La Plata, el 1 de octubre de 1892.

    A la temprana edad de 11 años y por iniciativa de su abuelo, pinta en lo alto de un muro, un gran canasto de flores, fruto exclusivo de su imaginación. 
Más tarde, se inscribiría en la Academia de Bellas Artes de La Plata.
    Luego de realizar algunas muestras en La Plata, se embarca en el año 1913 rumbo a Italia.
   En 1917 se instala en Roma. Durante la guerra realiza los más variados trabajos. Allí traba amistad con Soffici, Carrá y De Chirico, entre otros. 

   Luego de una breve estadía en París donde se hace amigo de Juan Gris y Gino Severini regresa a Buenos Aires.
   En octubre de 1924 en el Salón Witcomb de Buenos Aires, realiza Pettoruti su primera muestra luego de once años de ausencia. Sus obras, decididamente vanguardistas para la época, provocan un escándalo de proporciones.

   Con el correr de los años, Pettoruti se esfuerza por hacer conocer el arte de vanguardia a través de conferencias, revistas, diarios y frecuentes exposiciones.

   A fines de 1927 es nombrado Director del Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata.
En 1940 Amigos del Arte de Buenos Aires organizan la primer muestra retrospectiva de Pettoruti, muchas de las obras antaño criticadas cruelmente son ahora admiradas por el público y la crítica.
Durante 1944 pasa ocho meses recorriendo museos y universidades de los Estados Unidos invitado por el Comitee for Interamerican Artistic and Intellectual Relations. Expone en el San Francisco Museum of Art y otros museos de los Estados Unidos.
    Recibe en 1956 el premio Continental Guggenheim de las Américas y con él el derecho a concurrir al Premio Mundial que se otorga en París; lo gana Ben Nicholson, la crítica mundial esperaba una decisión en favor de Beaudín, Tamayo o Pettoruti.
    Continúa su obra a lo largo de los años y realizando con ellas notables exposiciones; en 1960 en la Molton Gallery de Londres, el Walker Art Center de Minneápolis, Denise René de París, etc.

En 1964 comienza a escribir sus memorias que publicará en 1966 con el título " Un pintor ante el espejo ".

    El 16 de octubre de 1971, muere en París a la edad de 79 años, víctima de una afección hepatorrenal.